sábado, 27 de octubre de 2007

INCRUSTACIONES TIMPANICAS

XXXV


LAGRIMAS BIFURCADAS:

Diminuta e interminable constelación
De telarañas en la inalterabilidad de
Los hilos de uva…

Aroma que adormece.
Mujer quebranto y liviandad
De recoveco en las hojas secas.

Sábanas crispadas con olas blancas
Suavidad de despliegues y manjares.

Aroma que adormila.
Mujer cabellos desenfreno,
Vórtice en bosques de Bambú.

Crepitación de pétalos, olvido
Y aturdimiento.

Mujer tormenta y zozobra
Pocilga de corazón.
Fuente clara de burbujas
En copas envenenadas.



XXXIV


CONFIDENCIAS DE CUARZOS LESBICOS:

El Báltico ha lamido su merienda
Y los aretes se cristalizan en sollozos
Como la vaca que muge porque
El río se la está llevando…

Caderas frenéticas
Intercambian sus secretos
Devorando
Oscuridades y desnudas
Quizás martillos.

Lesbos infinita
Pasea en su bicicleta
Los caminos del ombligo.

Lesbos parisinas
Nacidas para solicitar
A los dioses la gran
Fuga del sanatorio.

Con sus besos de Brandy
Harán y desharán
Durante el periplo
De la túnica…

Cítara de cubos de azúcar
En islas vírgenes
Y los fondos marinos arenosos
De mi taza de café.



XXXIII


PUTAISMO DE LA MARQUESA PLUVIAL:

Has escuchado el rugido del sol?
Los caminos están llenos de vidrios rotos
Caminamos descalzos manchadas las escamas.

Carnaval de angustias
Angustias y semillas de angustias
Angustias floreciendo bajo el esternón.

Has escuchado el mugido de la luna?

Suena parecido a un día sin fin
Allí, La Marquesa cuelga
Sus calzones sobre la sombrilla.

El coyote tiene lengua de reptil,
El alacrán guarda un cuello
De jirafa en sus cajones.

Los cajones de jirafa mueca.
Ostentosa
En los maremotos
Bajo la ropa.

Tabacos suizos
Relojes cubanos.
Saber la medida inexacta de la
Resistencia humana.

O tal vez sobre la pagina de
Un sostén que no podemos
Desabrochar la espalda.



XXIX


ISLAS GRIEGAS DEL MAR PARAGUAS:

Esquizofrenógena reacción,
Psicohigiene de meñique fracturado,
Estrofas de quirófano,
Islas griegas del mar paraguas.

Regordetes navíos en psicoterapia
Susceptibles de ser lanzados
A través del espacio para herir
A un adversario cilíndrico.

Luego, desembarcar en Troya,
Con las branquias hechas humo
Y formaciones desérticas en la mirada.

Ornato exterior del cuerpo
No lejos de las caballerizas.

Notables edificios de caricias
Con techumbre de ramas ultravioleta.

Longitud de onda maliciosa,
Mujeres que podrían proyectarse
Hacia delante y salir de la boca
Para atrapar insectos de alas de billetes.

Succionando desvelos aparentes
En la deformidad del cráneo giratorio.



XXXII


SEXY TAQUICARDIA:

Cortada y lacerada
Por las sogas podridas
Se eterniza en perverso
Zozobrar de alas.

Zumbido
Sexy taquicardia
Y exaltación del
Humo de taberna.

Sin latido pulso o corona.
Majestuosidad eclíptica
Y mutismo del Cuarto menguante.

Y es entonces cuando es
Espejismo en sí misma
Bajo el resplandor del agua seca.
Y su vapor fétido.

Sin sentidos
Ni tesoros
Despojada
E inmersa en las charcas
Infestadas
De venenos de zafiro.

Aullidos crepitantes de fuego azul.



XXX


CUARTO MENGUANTE:

Mujer pieza de hierro
Orquestación de ruidos cardiacos
Sacrificio de Roble bizantino.

Trenzas de guillotina
Besos en las zonas circumpolares.

Traición de vapor.

Piececita piramidal
Desviada en direcciones distintas.

Aceituna esquimal,
Dolor que acomete
Sin besos endotérmicos.

Mujer que viste
Carnosos y comestibles
Versos perdidos en las Costas…

Rapsoda en piezas óseas
Sin el esófago dividido
En tres zonas femeninas.

Ovulares de venganza tras
Fina llovizna de gemidos de seda.



XXVII


ALAS HÚMEDAS:

Mariposa ruge
Y te quema el tórax voladero
Elevando el hambre glacial
En cadenas de amaneceres
Donde ruedan alas de serpiente.

Te eleva el tórax en voltereta
Las melenas gigantescas
Entre mares estancados en la medula.

Malabaristas cónicas
Hijas de acrobacias
En zancos de agua.

Se permiten una peripecia sinfónica
Enlazadas a ruedas dentadas,
Dominio exclusivo de la
Sensibilidad expresiva de los
Pezones.

Intimidad del claroscuro concubino
Desveladas de armonía en
Formas exageradas y agujas.

Agujas en el fondo marino del
Tercer polo ártico.



XXII


DINAMISMO MUJERIL:

Dinamismo mujeril
Proyección cráneo caudal y
Oblicua mediolateral
Tiburón paraboloide
Muslo simétrico
Senos hacia los cuadrantes externos
En una noche sin polea cardiaca.
Tiburón elipsoide
Generatriz mujer hipérbola
Cinética y estrambótica.
Mujer segundo al cuadrado,
Partícula de carga negativa
Himen diametral
Molusco azul
Mujer acelerada en caída libre
Desde plutonio…
Cuadrática y dramática
Mujer hidromecánica sensual
Producto de la intensidad
De la fuerza por la
Distancia recorrida.



XXI


LUCIERNAGA HERMAFRODITA:

Crack, crack, crack
Knock-out

Descorazonado debilmísero de almíbar

Correveidile dondequiera
Correveidile hazmerreír

A bordo de ultramar
Tú que me buscas el yelmo kilociclo
En un amor recóndito
Sin lugares de encuentro.

Tú que me zumbas la cabuya
En un amor clavicordio.

Tus besos de cerbatana y abanico.

Tus bostezos de mediodía
Como la tía andrógena que nunca tuve,
Ocupaste el vigésimo lugar.

Tras el pelo rojizo desgastando,
El corazón vivaracho sin fin
De punto y coma.

La alberca mañanera de tus ojos.
La bofetada matutina y
El caparazón de tus angustias.

La excusa estrambótica de tus
Hexágonos pélvicos
Provocando ese esperado
Crack, crack, crack knockout.



XX


INCRUSTACIONES TIMPANICAS:

Incrustaciones timpánicas
De hembras tentaculadas engullen el…
Elixir de los sabores azules.

Mujeres de garras migratorias y concéntricas
De vientre libanés y ojos de Copenhague.

Murmurando cuevas biplanas
Para el diente alcohólico.

Morirte cada hoy cada mañana
Vivirte hoy cada mañana cada morirte.

En el juego sólfico
De tres vueltas al medio.

Quizás por eso las carabelas
Imperturbables entre rodillas de doncella.

Quizá por eso los empobrecidos petroglifos
Escurriendo de sus mentes
En cubetas frías…
Sobre desquiciados que escriben,
Tal vez a desquiciados que leen,
Entre autenticas pizarras marmulinas.



XIX


FRIGIA:

Evacuación del vientre
Merece la corte de Frigia
Palacio de la iguana marina
Y la pezuña gigante.

Escalinatas resbalosas a la orilla
Del vientre de nuez.

El amor solía ser un maxilar roto
Y un esparadrapo en rodillas y codos.

Una patada de kanguro y un
Beso de frambuesa equinoccial.

Un futuro inútil
Como vuestras escobas.

O himenofagos reptantes
En las salas de espera.

Cubículos pasionales
Sin ventanal a la lágrima.

Orificios angulares de cuerdas de violín.



XVIII


DESHIELO DEL NEVADO LAGRIMAL:

Volantusa
Merodeador pirata
Desplegar los martillos
Dentro de ti: volantusa

Zurriagazo del hemisferio derecho
A pesar de las ventajas iniciales.

Predominancia de voces alcantarilla.
Aguachento, afectable
Y tres veces más triste:

Mejillas de ajonjolí
Verdusco de la vergüenza
Cabeza de tinaja

Solía extenderse en zaqueos navegables
Desde la cintura hasta sus fláccidos tobillos.
Luminoso
Desde la rodilla al eje puntiagudo
De su fresca mandibularia pretensión.



XVII


ZUMBIDO TRÁGICO ABSOLUTO:

Pelícanos ojerosos
Que permiten la síntesis
De un vuelo de cangrejo.

El cangrejo que muerde
Con su tenaza el cerebelo
Y tu lucidez, peligrosa lucidez
Que se clava en la garganta.

El tornillo que no
Hemos masticado muy bien,
Atragantando y girando
En la glosa aérea.

Aunque en definitiva todo siga igual

Los tablones de la cortada
Los navíos despedazándose
La vida alegre, desordenada y tormentosa

Justo en el umbral del caos sentimental
Como sí fuera una canción
Esa vida nos despedaza con sus arpegios.

No queda más ruta que las camisas de fuerza
Enumerar silencios y engullir las sombras.
Aunque
Las libélulas en el estomago,
Los acordeones chinos y las tormentas de arena.
Una tonada en un lugar lejano.
Una zona de fragilidad asustadiza
Donde los hombres destruyen papeles
Y las mujeres lloran y ríen a la vez.



I


FISURAS DE CUERPOS ASERTÒRICOS:

El fuego desciende podría
Ser una cascada
A la pipa submarina.

Los telones enredan las mascaras
Y las rompen
Una tras una
Enclaustrados por los callejones.

Veo luces amuralladas
Como esa luz que se atraviesa
Bajo las puertas.

El drama uterino de las fascinaciones,
Eternas cavernaciones ondulinas
Ante la zambullida al periscopio.

Latente como alguien que cruje de madera y
Vacilaciones omnívoras.

Conejos masticando leones y
Pasos de tortuguilla
Tan alegres como romper
Vidrios con las orejas.

Latitud del meridiano suicida.



II


LECTORIA EN UN NAVIO LECHUGUERO:

El quetzal de durazno
Huele a chamusquina,
El contramaestre ha perdido la continuidad
Y todos han empezado a camandulear.

Se escucha un chapuzón y el librejo cae…

El empurpurado ya no es nuestro candelero
Porque el rumiante del melocotón se arrojó
Sobre la sábana menstrual y ha perdido
Su diente de oro.

Se oye una magulladura
Y un grito polipétalo.
Se oye un soprano sordomudo y tembloroso,
Un templete en el mar
Quizá las cuevas marinas.

Trampantojo trampolín sobre el horizonte.

Los viajantes dislocados quieren asesinar y constipar al reyezuelo de todos
Los reinos nómadas…

Hoy no es su día.



III


EL SUEÑO DEL ESPIRITU DE LOS CANDELABROS:

Los rinocerontes desvelados
Por el ruido de las plumas
Tambalean en la cuerda floja.

Triángulos de espuma…
El laberinto de la conciencia
En el límite de la piel de kachemire.

Las ciudades amuralladas de saturno,
Errores ópticos en distancias cortas,
Koalas táctiles y asesinos en
Busca de las vírgenes locas
Y sus nodrizas lujuriosas.

Zanahorias horizontales en la
Puerta bajo el zapato.

Ondulaciones de sensuales voces…
Y un túnel de vodka para el camino.



IV


ONDULACIONES TERRACOTA DE MUJERES NAÚTICAS:

Estuvo fuera de circulación en
Rieles de plastilina neón,
Timpánico
Cual la carraspera de la borracha
Que muerde tres noches al
Inalámbrico del treintaysiete.

Flores en superficies
Incendiándose en color…

Baúles que encierran al
Fantasma del mosquito
Que se trago algún día.

Cuaternario de pensamiento
Equilateral
Nueve veces al instante
Sin el cordón umbilical
Apuntando al ombligo.

Mujeres danzando sus techos y
Líneas alpargáticas sobre
La arena de su ruta cervical.

Flores incendiándose en
Superficies de color.



V


LIMONERO SILÁBICO PARA UNA ZURRONA INSUSTANCIAL:

Su sangre es gomorresina de peldaño roto
Pimienta en los ojos y labios de abedul.

Femina naturata jacarandosa
Su anillo es una embarcación Turca
Su voz daga danzarina
Sonrisa de mandolina rumana.

Cejas de mandril plateado
Vasija trompetera y
Dragontea Croata.

Chalupa arañil
Campanilla tosca
Cebolleta celeste
Incircuncisa de corazón.

Su sangre es gomorresina de peldaño roto
Pimienta en los ojos y labios de abedul.

Su alma: femenil desgaste nublado…

Canciones de mil dulzainas dolorosas en
Duermevela interoceánica.



VI


UNA GRAN ESCALERA PARA ASALTAR CASTILLOS:

Trifulca oxidada de pestañas hambrientas.

Estocada devoradora de uñas postizas
Se clavan en los dientes azules de
Pájaros otoñales.

Pestañas clavadas en las
Chimeneas de los corazones.

Las escaleras de Circe,
Los relojes de Melchor.

Beber un té yugoslavo,
Sentado en Cartago
Y pensando en Camboya.

Zancas de toro al desayuno
Ojos de cangrejo al anochecer.



VII


COPA DE GUANO CALIENTE:

El hocico de la noche es frío
Como la superficie elástica
De una tela rasgada.

Las plumas que una guitarra fermenta
Se desmenuzan en los escotes campanudos.

Los escotes solían ser abismos cóncavos
Donde se enredan tus avispas genitales.

Cierta aldea cuyas mujeres han ahorcado
A los hombres con sus sostenes
Desde los árboles que yacen pendulares.

Llevándonos desde el túnel que nos conecta
Con la luna…
Hasta Las llamas que navegan en pretérito.

Comiendo osamentas de pescado y
Agua de nieve sirena.

Bajo los ritmos opacos
De la costilla de Adán…
Clavada en el corazón de Adán.



VIII


ALDABONAZO A QUEMAROPA:

La medusa enterrada hasta la coronilla
Conduce un carruaje jalado por madrugadas habituales.

Miradas cronométricas
En el fondo del jarrón.
El aldabonazo que te despierta
A mitad de la baldosa.

El barullo de los barriles
Y el vizconde tabernario.
Los turbantes hinchados de mercurio y
El húngaro que nunca dormía.

Todo un paisaje de caravanas de tristeza
En el azote continuo del crescendo floral.

Horripilaciones de guanábana sin gabardina…

Como el episodio del guante que perdió una mala compañía
Vibrando y consiguiendo luego una mujer hidráulica.

Lejos de la barcaza de los desmayos
Un telegrama enviado al purgatorio
Para quién lo quiera recibir.

Un poema similar a los relojes de arena digitales: insordo
Intranquilo
Como el aburrimiento de las mujeres.
Insalubre
Como el odiar de las mariposas
Y el miedo de los sauces.



IX


MOLINOS EBRIOS DE TRISTEZA:

En los molinos de fango
Le Quichotte enamorado de Bernadette
Fumaba opio para escupir humo a los
Rostros de los molinos de agua.

Fumó opio para escupir humo a los
Rostros de los molinos de fuego.

El Quixote solo amaba a Bernadette
Por el sonido de su sonrisa y
El color de sus tobillos.

Quixote solo amó a Bernadette
Por el musgo en sus rodillas y
El agradable sabor de su nuca azucarada.

En la oscuridad
Rocinante parpadeando y tragando girasoles,
Sanchica masturbándose en el teléfono.

Los días girando en siete octágonos.
Doncellas cayendo desde altas torres.

Dulcinea con los dientes lavados en cocaína.

Luces en los dedos
Dragones mordiéndote las orejas.
¡Una cerveza para el diminuto hombre de la música!
Y gorilas que comen uvas con vinagre.

Debajo de los lápices
Los molinos ebrios de tristeza
En ningún lugar de la mancha.



X


ESPINAS DORSALES DE CAPTUS AMARILLOS:

Muros de murciélagos
Gotean en los parpados.
Teclas minuciosas de cantos redondos
Armonizan la duración de las vértebras.

Necesitamos no necesitarnos
En la calidez de las cortinas arenosas
Mientras la muerte gire en sus talones
Y nos orienten mil estrellas de madera.

A través del ojeroso unicornio uterino
Veo pinceles de cabellos de orangután
Para pintar tus ojos de caracol.

Quizá giren sonámbulos dedos espirales
Sobre la epidermis de tus caderas.
Quizás goteen grandes calabazas azules
Sobre mis parpados más tarde…

Luego el trinar de los decapitados nocturnos
Sugiriendo una cifra telefónica.

Una llave de humo que se guarda en el oído.

El reloj detenido a la hora precisa,
A cualquier hora.
Aunque se detenga o no se detenga.

En el envoltorio de los caminos al Burdel.



XI


BURGUNDIOS EN KATATONIA:

Arqueros Galeses,
Círculos de humo en el estomago.

Pupilas dilatadas
Y crines de caballo.

Las bisagras de las dimensiones alteran
La tristeza del Rey de corazones.

Tribulación opaca del vacío vegetal en la
Volátil condensación de zahúrdas árticas.

Envoltorio colectivo y nebuloso de aguijones bifurcados.

Encañonar el cordón umbilical
Bebiendo una falda de tequila
Con la flojedad de antaño.

Digerir hilos retorcidos y
Maullidos magnéticos en la degollina habitual.

Lametón de rojas combinaciones amarillas
Tras el diminuto Sol luciérnaga.



XII


CHIFLADAS BAJO EL VENDAVAL:

Inasible falsedad derruida en la esfera del lenitivo
De gotas afónicas y bajas.
Frenesí sonámbulo de ojos crepusculados y Trémulos de violines que se
Ruborizan en el perfume femíneo o aguazal de papel.

Las letras son un meollo portentoso en el refugio.

La buscona de las madrugadas yerbateras y
Los bellacos del griterío marrón y su
Duende mueco…
Buscan al muergano de la murmuración ovalada y
A su séquito florecido de erecciones y
Campanas de Catedral.

El malandrín del tiempo y la amnesia de la Zángana zarrapastrosa.

Un mamut lameplatos y cero…
Miligramos de escritura.
Dédalo defecando en el fango
Pensando en el jabón de cuarzo y
Las granizadas de escombros.

Cuerdas que caen de las nubes y
Columnas que se agrietan en la
Habitación del archibribón xilofonista
Que no soportaba el Jazz.

Constelación de jirafas y marmotas guisadas para el desayuno
Ultramarino del timonel y sus gatos Fenicios.

El faro que se apaga en el momento justo y el primer copo de boñiga del invierno.



XIII


LAS ELEFANTES AZULES CAMINAN SOBRE LOS DRAGONES AZULES:

Presiento tus emboscadas
De silencio
En la laringe.

Quizá, todos los espejos fueron agua vertical atascada.

Cascadas que reflejan la angustia
Al desmoronarse el maullido de la campana
Solías agitar el torrente sanguíneo
Y provocarme agitaciones en las pisadas.

Pese a todo.
Aún así.

Taladrando las microsecuencias melancólicas
O tus latidos laterales
Sueño en risas sudorosas
Hormigueos de semidiosa.



XIV


EN EL PECTORAL CELESTE DE LA TARDE:

Éramos…

En risibles galeras de papel,
Tu cuerpo en mi cuerpo.
Plumaje de cisne.

Puerta baja girando sobre goznes de terciopelo.
Cabellos de espuma en oleaje de almohadas,
Y un destello irisado sin reflejo.

Ocioso laúd de cuerdas rotas y galeón en botella.

Éramos…

En risibles galeras de viento,
Delfines de bosque.
Bocas en el lado oscuro de la luna.

Centauro y Creta
Espejismo en telas de arena.

Campanario de almíbar y almendra garrapiñada.

Huracán de flores y pelusas:
Amarga fugacidad y
Fragancias dispersas a otros cuerpos,
Horas & deseos
En el pectoral celeste de la tarde.



XV


HÚMEDO REMOLINO AZUL VOMITANICO:

Un diáfano silencio y una cúspide en la nada
Configuraban el paisaje.
Se entrelazaban los aéreos matices
Del cáliz celeste invertido,
Con fulgores de ensoñación libre.

Era un día de reposo y austeridad…y…
Caminaba y escuchaba las maderas al unísono
En el retumbante devenir
De una ola incendiada.

Y un corazón más para el viejo baúl de los malos recuerdos.

Un ensombrado reloj de bolsillo le anunciaba
La magnificencia de la aurora boreal…en mayo.

Y el resplandecer efímero de los ojos que atisban un vuelo nocturno de murciélago.

En el oblicuo paralelismo de los sueños confusos de narcótico.
Y en el sigiloso
Vago estupor
De los senderos en discrepancia.

…sin escarnio e innoble
Perdido y precipitado
En la copa envenenada.



XVI


XILOFONOSAURIO:

La mosca de Jade
Ingiere tres arañas por noche.

La cabra del Tibet en el ribosoma veinticuatro.
Deleites carnales en el cubito frontal.

El follaje cambia con las estaciones
Sobre la viscosidad pélvica
De los corpúsculos táctiles.

Tú alborotas las dendritas
En los segundos de la metamorfosis excéntrica
De la abeja zángana.

Amor encefálico
Muela sin encía
Cronología voluptuosa de las paredes.

Sin el orgasmo tempestivo en la ebriedad sonora.
Omoplato tres veces acariciado y tus
Placas tectónicas
Desbaratándose, desbarajustándose
Decametro a Decametro.



XXIII


INCONCLUSA BERLIN:

Te desnudo en mil azotes
Lastimando tu dolor de muelas
Latigazo en la espalda.

Latigazo a tu sabor de turbulencia
En teclas uniformes
Que amordazan los castillos.

Pequeña Berlín
Te desnudo en jarrones peruanos
Y el laberinto epidérmico
Traspasa las mareas de la cama.

Traspasa las pieles de foca en la bañera.



XXIV


LOS MUSICOS HAN COLGADO HACHAS SOBRE LOS ARPEGIOS:

Los rieles de las semicorcheas
Oprimen los tornillos de los
Mercaderes sirios.

En la penumbra de los vagones móviles
Se percibe la oscuridad musical o
Aquel miedo a vuestro cine mudo.

Delfines capturando mujeres
Gentes embrujadas de anís y
Ebrios de reflejo de lago.

Lluvias hostiles salpicando las cejas de los bemoles,
Tranvías esquizofrénicos en la ruta de los cortinajes,
Los velos semidesnudos del vino rojo.

No pensar en el siguiente paso y caminar de lado,
Retroceder y pisotear las flores del jardín.

Escuchar la melodía de superficiales voces
Devorando las malabaristas circunstanciales
Bajo el influjo de las hogueras genitales
Y sus paisajes de pezones eléctricos.



XXV


VINAGRETT:

Tú petición ha sido escuchada
Divina Vinagrett
La tribu se desplaza al medio
Prisma del sol.

Intercalando el violín fotográfico
Cuando los picamaderos cromáticos
Del miocardio lanzan
Grittos inmensos junto a la
Neurasténica del sexto piso.

Lanzan lágrimas
Espantando mariposas de trazos ondulados
Que se cruzan en sabanas triangulares.
Y las esferas viscosas sin altura
En el ombligo de Vinagrett,
Taconea en las costillas de
Quién desea amarla.



XXVI


CAVERNAS MULLIDAS DE HOJAS ESPESAS:

Níctimene lechuza noctívaga,
Rugen en los aposentos
Riachuelos por cavernas mullidas
De hojas espesas cuando quieres.

Descender al fondo del cielo terciario
Al ruido de la puerta que nunca naufragó.

Tal vez una roca cubierta de nubes incompletas
O una encrucijada femenina
Entonando un temblor.

Veo luces atoradas en las esquinas
Deslizándose
Parpadeando rumbo al palacio
De la Diosa de un sueño.

Sonidos marchitos de amantes angustiados.
Ruptura inicial de amores amorfos.
Desamor de las praderas y los candelabros.



XXVII


ALAS HÚMEDAS:

Mariposa ruge
Y te quema el tórax voladero
Elevando el hambre glacial
En cadenas de amaneceres
Donde ruedan alas de serpiente.

Te eleva el tórax en voltereta
Las melenas gigantescas
Entre mares estancados en la medula.

Malabaristas cónicas
Hijas de acrobacias
En zancos de agua.

Se permiten una peripecia sinfónica
Enlazadas a ruedas dentadas,
Dominio exclusivo de la
Sensibilidad expresiva de los
Pezones.

Intimidad del claroscuro concubino
Desveladas de armonía en
Formas exageradas y agujas.

Agujas en el fondo marino del
Tercer polo ártico.



XXVIII


GARZAS DIFUSAS:

Garzas difusas hormiguean
La torpeza del taburete.

Los sonidos explotan la clavícula.

Dragones de plástico
Masticables
Como la neurona.

Puertas giratorias
En la dendrita reflexiva.

Siete venas articuladas
Con el escuadrón del espejo.

Tristezas que desgajan
Incunables paranoias.

Todas las angustias
Risibles de la dentadura.
Elevándose en risibles cuerpos
Cubiertos de pluma.



XXXI


ROSA ELECTRICA:


Reencuentro el 100%

Así lo quiso Ángela
Le sonó el solar tejido humano
Nervios de punta
Tú esperas el otro lado

Muy privado
Más de lo que su sonrisa de acordeón.

Cuando el tiempo lea minutos sobre ti
Y la infantil guadaña de lectura
Envié doscientas páginas para Milán.

El ausente teléfono de vidrio
¿No ha ingresado al jardín?

Fulanito dientes hermosos comprende todo.

A vos nunca
Rosa eléctrica
Mugre de uñas
Aleteas pernoctívaga
Incrustada en el tímpano.



XXXVI


LAS FAUCES DE LOS VELEROS SE EQUIVOCAN:

Ya nos volveremos a encontrar
En otro siglo o en otro planeta.
No importa sí…
Tengo la mente
A kilómetros de distancia
De tu cuerpo.

A vos te gusta
Ser picoteada por los buitres,
A ella le encantan
Los chocolates derretidos.

El vecino se lanzó por
La ventana de la licuadora
Llevándose sus mariposas
Y sus cucarrones.

Los hiatos se chocan contra
Las tildes y mis sílabas contra
Las bibliotecas mojadas o
Empapadas en polvo.

Mis veleros se tardarán un poco más
En atravesar tus lágrimas
A medio orgasmo de figuras eclipsadas.



XXXVII


CEREZAS Y BUFALOS:

Respirar tus agonías eróticas
Y desvestir tus galopes rosados.
Quizás un clítoris búfalo
Que me embiste el ronroneo.

Violencia espiritual
Más arriba de la desembocadura
Del embudo nomeolvides
Donde los buques resucitan
En castillos.

Y amo los gatos guillotina
Que resuelven tristezas inestables
Para las almas amuralladas.

Lunaciones y jorobas mentales.

Mujeres encañonadas
En lacrimales batallas
Y babas indelebles
En las mejillas.

Clítoris de cereza
Aunque tengas…
Lagrimas de cocodrilo
Y un paraíso sin nubes.

Hechizo de ejes florales
Navegantes
En vientos rosados.



XXXVIII


FRACASO PRIMAVERAL DE LA JAQUECA:

El deterioro de las ideas,
Hacer el cerebro añicos
El pensar fracturado y
Dislocada la pasión.

Enloquecer en El Cairo.
Fumar la sinagoga,
Estupideces
Y fornicaciones.

Alucinar zonas concéntricas
Que le dan especial belleza
A los ratones egipcios.

Enloquecer enredado
En alambre de púa
Flor de liz y cascabeles.

Procurando el alma añicos
Porque la codorniz cuida
Sus huevos de avestruz.

El bisturí dibuja canciones
Sobre la ternura de los
Psicóticos y sus terrores de amor.

Arrecifes de un millar
De amores imposibles.



XXXIX


AROIRIS MÚSIFAGO:

Cerveza escarlata
De los barriles sobre
Mis huesos callejuela.

El grito de la medialuna
A los dragoncillos
De la asimetría solar
Y su flor transparente.

Aroiris musífago
Y regordete
Naufragio y calamidad
De mis nervios pasionales.

Pienso tener el hígado reseco
Porque pienso que estuve llorando.

Longevidad de la suavidad
De los gemidos y tiros
De ballesta en la retina.

Plumas de tucán adornan
El violonchelo de calabaza
Y tu coñac de calcetines.



XL


NARIGUERA:

Orificio de nariz
Que se detiene
En todas las estaciones.

Perteneciente a los montes Pirineos
Cabellos y pechugas truhanas
Manoseo y manotazo de
Piedritas de Mapache.

Sótanos eclipsados
Y un conducto que
Desemboca en la matriz.

Maleza de las maletas
Espachurradas
Y un jinete de guacamayos.

Calzones y almohadas
Serpentinan el perímetro
De la persiana
Y quizá
Un safari pélvico.

Polispermo en la putocracia
De cuerpos dispuestos al ventrículo
Palpitante
Arañazo de labios crepusculares
E inmersión lujuriosa
En la pianola de la boca.